Wednesday, February 8, 2012

Ciencia, ajena

Si bien puede decirse que la sociedad española siempre ha dado la espalda a su ciencia, en el contexto actual de angustia colectiva catalizada por una opinión pública necia y ciega, el "pueblo", si llamamos pueblo a aquellos a los que hemos cedido nuestra cuota de autoridad, ha decidido lanzar a la basura la camisa vetusta de la ciencia por no pagar el tinte. Esa camisa que en algunos países occidentales tiene ya trescientos años y está confeccionada con finos hilos de seda, y que aquí de lino rudo apenas tiene las mangas acabadas. Hemos decidido que no la necesitamos, que ocupa demasiado espacio en el armario en lugar de las más placenteras prendas de baño. Al menos eso ha considerado la administración autonómica valenciana, que no contenta con desarbolar la investigación en biomedicina dependiente económicamente de la Comunidad (Centro Príncipe Felipe, ver Lab Coats in the Street), ha metido a gran parte de los científicos del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) en el mismo saco de los recortes de empleo que a otros empleados autonómicos.
No puede decirse que duela la mutilación más que a los pocos que deban buscarse otro empleo, puesto que estos dos centros recibían su financiación a cambio de servir de escaparate publicitario al político que fuera. Una reciente campaña aboga por la supresión del costoso premio de investigación Jaume I, para evitar que sigan los fastos innecesarios al tiempo que se ahoga económicamente a la ciencia y los científicos. Los que estamos metidos en el apasionante mundo de la búsqueda del saber no queremos medallas póstumas.

Wednesday, January 4, 2012

Olas a mí


El pelícano me dijo que el último rayo de luz solar tiene poder mágico. Que antes de hundirse el Sol en el océano todos los habitantes de la estrella pugnan por ocupar la última baldosa a salvo del mar frío, y que sólo aquél que cabalga con mayor maestría sobre un caballo fotón, de esos que gustan de pastar en la superficie caliente del astro al mediodía, recibe el impulso agónico de la estrella para dar un último y casi imposible salto a la noche. El pelícano, que ha visto muchos crepúsculos agarrado a su cornisa favorita, insiste en que quien captura este rayo obtiene la magia de los habitantes del Sol por una noche. Durante esa  noche nada es imposible para el que lo atrapa, que obtiene el conocimiento del sabio Sol, la destreza del jinete y la fuerza del caballo fotón. Desde que el pelícano me contó la historia no he dejado de asistir al último momento del día sentado en la barandilla del mirador, donde concienzuda y rutinariamente la última ola del día me lo arrebata entre su espuma pegajosa. Cada noche encaro mi piel a esa ola y me alegro al comprobar que la historia es cierta.


Saturday, December 3, 2011

Lab coats in the street


The economical and financial crisis in European countries is starting to knock down relevant scientific resources, as became evident some days ago in Valencia (Spain). The regional government of Valencia has strongly reduced the income of the Prince Felipe Research Centre (CIPF) due to the “budget cut strategy” imposed by local and European authorities. Consequently, 114 workers have been dismissed and the rest have suffered an important reduction in their earnings. In addition, managers have been severely criticized for their agressive ways to communicate dismissals.

If we leave temporary liquidity problems to close scientific infrastructures, built after arduous prolonged efforts, Spanish science will have to prepare to go back several years, as commented in Nature journal (http://www.nature.com/news/2011/111101/full/news.2011.623.html). Burning doors warms our hands for just two hours, but causes permanent chilling problems.

Tuesday, November 29, 2011

Exine fanzine

The astonishing texture richness found in pollen surface when observed at the microscopic level may resemble the beautiful artwork of a painter or a terrific nightmare. We may think that such diversity parallels the variable morphology and architecture present throughout the plant kingdom. However, recent discoveries identifying some biochemical steps involved in the synthesis and deposition of the compound sporopollenin, the main component of the outer wall of the pollen cell (exine), argue for the presence of a limited number of responsible enzymes highly similar in different species. What is then the molecular origin of such diversity?



If deposition of sporopollenin is roughly identical in non-related organisms, then funny forms are more likely due to previous structural features of pollen plasma membrane, as undulations or the particular distribution of receptor proteins, which are not known up to date.



Exine sporopollenin is one of the most resistant natural products, evolutionarily “designed” to protect reproductive microspores from drought and mechanical damage. In fact, pollen longevity due to the strong exine layer has been employed to support creationists theories, based on fossil pollen grains hypothetically found in geological substrates formed millions of year before the appearance of flower plants (http://creation.com/fossil-pollen-in-grand-canyon-overturns-plant-evolution).

For scientific reading, see: Ariizumi T, Toriyama K. (2011) Genetic regulation of sporopollenin synthesis and pollen exine development. Annu Rev Plant Biol. 62: 437-460.

Sunday, November 20, 2011

Una antigua crisis en el Mediterráneo

Las recientes crisis humanitarias causadas por terremotos, volcanes e inundaciones nos recuerdan que habitamos un planeta en constante dinamismo y ciertamente peligroso para la blanda vulnerabilidad del hombre. Sin embargo la Tierra, dura y hostil en la escala temporal de una vida humana, también da muestras de vulnerable blandura en la escala de tiempo geológica.

El registro geológico da fe de un desastre de dimensiones ciclópeas al final de la edad Mesiniense (hace entre 7 y 5,33 millones de años), un “suspiro” antes de la aparición del hombre. El mar Mediterráneo estaba unido al océano Atlántico por dos pasos situados en el sur de la península y el norte de Marruecos, hasta que hace 5,9 millones de años comenzaron a cerrarse y hace 5,6 quedaron sellados de forma definitiva. Probablemente debido a un movimiento tectónico de elevación del fondo de estos pasos a una velocidad “terrible” y constante de unos pocos milímetros por año. ¿Qué pasó además del sano intercambio de migraciones animales entre África y la península? Simplemente el Mediterráneo se secó por la alta evaporación y la falta de aportes del Atlántico, o casi pues probablemente quedaron masas aisladas e hipersalinizadas de agua regadas por los ríos mediterráneos, en lo que dio a llamarse “crisis salina del Mesiniense”.

Esto no acabó ahí como se imaginarán aquellos que hayan remojado sus pies en las solicitadas playas de levante. El Atlántico volvió para recuperar la tierra perdida creando de paso el estrecho de Gibraltar hace 5,33 millones de años. Esto ocurrió de un modo tan catastrófico como difícil de imaginar. El estudio de las incisiones creadas por la corriente de agua entrante ha permitido estimar las dimensiones de la inundación. El 90% del agua del nuevo Mediterráneo entró durante un periodo de tiempo de entre varios meses y dos años, con un flujo inicial de unos 100 millones de metros cúbicos por segundo, y subidas en el nivel del mar de unos diez metros por día.
Un espectáculo para los animales que pudieron presenciarlo, y una buena noticia para la civilización occidental que encontró en el Mare Nostrum la gran bañera infantil que acompañó a su cuna grecorromana

Duggen et al (2003) Nature. 422: 602-606.
García-Castellanos et al (2009) Nature. 462: 778-782.